miércoles, 26 de agosto de 2009

Las diferencias tienen un gran Impacto!!!


Al grano. La muchacha(o) no es cristiana(o), pero es muy buena onda. ni toma, ni fuma. y está más guapa(o) que las chavas(os) del grupo. Además, le gustan las cosas de Dios y nunca te dice nada por ir a la iglesia. Te dejado entrever, que si te le declaras, se hará tu novia(o) y tu piensas…”ya de novios, la(o) voy a ganar para Cristo”. Entonces… Te tragas la mentira del diablo. Van las reglas:

#1 La regla número uno es que el cristiano nunca jamás, never, nobody, nel, cero hawai, en ningun momento, bajo ninguna razón; puede andar con alguien que no sea de la familia de Dios. Aunque tu digas, “Es que la quiero un montón” o “Es que no hay muchachas(os) cristianas(os) en mi iglesia” o “por poquito y es cristiana(o).” A esto, Dios le denomina yugo desigual (2 Corintios 6:14-16) y por si fuera poco, ¡lo enfatiza seis veces! ¡No me creas a mí, búscalo! ¿Cómo fue que cayó Salomón? Andaba muy bien, ¡hasta escribiendo en la Biblia!, pero empezó a echarle ojitos a unas paganillas muy simpáticas y de ahí en adelante, todo se le fue de pique. Si tú eres de Dios, tienes qué obedecer en lo fácil y en lo difícil. El sólo busca tu bienestar. El otro compa es un león buscando a quien devorar, ¡quiere robar, matar y destruir! Dile que tú eres “prívate property”, que se busque otro más tonto(a) o más rebelde, porque en lo que a ti respecta, vas a obedecer a Dios.

La regla número uno es: No andarás con nadie que no siga a tu Señor.

#2 Los chicos y las chicas no se conforman con cualquier cosa, los chicos buscan una con forma de reloj de arena y cara de Thalia y las chicas buscan uno que este fuerte, alto, ojos claros etc. Es natural que queramos una muchacha(o) guapa(o), pero eso es cosa de niños inmaduros. Dios dice, “no te claves en su exterior, cuando lo que importa es lo interior” (1 Samuel 16:7), La que ahora esta guapa(o) y flaquita(o), al rato se pondrá arrugada(o) y gordita(o). Lo que hoy tiene figura de reloj de arena o esta muy fornido y alto, se pondrá como reloj de escuela o como tinaco sin fondo: ¡bien redondita(o)! El propósito del noviazgo es buscar una pareja para el matrimonio. Más vale que no busques una ganadora de Miss o Master Universo, sino que alguien que tenga carácter y buenos sentimientos. Cinco años después de la boda no te va importar que esté guapa(o), lo que vas a querer es que te apoye, te anime y que tenga aguante en las buenas y en las malas. De nada valdrá lo guapa(o) que esté, sino que sepa estimarte, serte fiel. Lo cierto es que, muchas veces, la gente más guapa es la que menos carácter tiene. Son personas que se han rifado la vida confiados en que están “chulos o chulas”, y tienen “amigos” por su bonito aspecto. Nunca tuvieron qué modelar su carácter y su personalidad. Jamás se vieron forzados a ser lindos, flexibles, tiernos y comprensivos, porque se ganaban las amistades a base de popularidad. Ya de grandes, se han vuelto egoístas e inmaduros. Ya crecidos son ignorantes de lo que es tener una buena relación y una amistad generosa, incapaces de pensar en los demás. ¡Cuidado! No todo lo que brilla, es oro.

Regla número dos: Busca personas bonitas en lo interior. El físico no importa tanto. La belleza exterior es pasajera, mientras que lo noble, se refinará con el paso de los años.

#3 Alguno de nosotros jóvenes, ya quiere tener una pareja, ya que se siente presionado porque se puede convertir en el blanco de los chistes y las sospechas de sus cuates: “‘¿tendrá volteada la canoa?” “Será rarito” La premura no nos permite oír la voz de Dios: “El que se apura como loco, es un loco.” (Paráfrasis de Proverbios 21:5) ¿Cuál es la prisa? ¿Porque tanto apuro por casarte?te quieres casara los 17? Una de las causas principales de la raquítica condición de la familia es nuestra sociedad, es que la gente se casa demasiado joven. ¡No te preocupes por lo que piensen los demás! Tú sabes quién eres: una persona que no busca conformarse a las normas de la sociedad, sino que quiere vivir su vida de tal manera, que Dios pueda decirle: “Bien hecho, buen siervo(a) fiel.”

Regla número tres: Tranquilo(a), calmadón(na) ¿Cuál es la prisa?

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