lunes, 7 de septiembre de 2009

47. Piénsalo dos veces si no puedes confiar en que buscará a Dios sin tu aliento contínuo.

47. Piénsalo dos veces si no puedes confiar en que buscará a Dios sin tu aliento contínuo.

Hace varios años, conocí a una mujer emocionante. Ella era uno de los seres humanos más articulados, vibrantes y amorosos que jamás haya conocido. Ella sigue siendo mi amiga hoy. Traté mucho de llevar la relación hacia el compromiso y el matrimonio. Pero fue esta llave la que abrió mi entendimiento. Ella solo iba a la Iglesia por mi persistencia, insistencia y ruego. Realmente ella no conocía a Dios. Ni deseaba verdaderamente a Dios. Sin la autoridad de Dios en su vida, cualquier esperanza de un matrimonio feliz con ella era una mera fantasía.

Trae a tu pareja potencial a la Presencia de Dios contigo. Hablen con Dios juntos. La verdad surgirá en Su Presencia como no puede emerger en cualquier otro lado. Las interrogantes nunca producirán lo que Su Presencia produce.

Invierte la Semilla del tiempo.

Obsérvala crecer.

El tiempo expondrá lo que mil investigadores no pueden producir.

Define tus relaciones actuales honesta y claramente.

Nunca te apoyes en tu propio entendimiento. Apóyate en el corazón de Dios. Pídele al Espíritu Santo que te diga lo que ve en aquellos que están cerca de tí. Él siempre revela la verdad a quien la busca.

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